La Catedral de San Carlos de Bariloche, «Nuestra Señora del Nahuel Huapi», es el principal templo católico de la ciudad de San Carlos de Bariloche, en Argentina. Se encuentra en la intersección de las calles Almirante O’Connor y Beschtedt, rodeada por dos plazas con hermosos jardines, y corresponde a la Diócesis de Bariloche, sufragánea de la Arquidiócesis de Bahía Blanca.
Para la construcción de la Catedral de Bariloche, el arquitecto Alejandro Bustillo ofreció su proyecto gratuitamente. Su sentimiento se orientó en un estilo neogótico con reminiscencias francesas. Un proyecto que incluía, buscado o no, algo de las herméticas ciencias medievales.
Externamente, es de líneas muy simples de piedra blanca que muestra zonas deterioradas por la humedad, especialmente en su cercanía con el lago. Lejos de deslucirla, le dan cierto aire de envejecimiento.
El edificio tiene forma de cruz latina. Su cabecera está orientada exactamente al Este, de modo que el sol ilumina desde el comienzo del día. Así también se logra esfumar las diversas variaciones de la luz, al pasar por los vitrales. Vista desde el exterior, se generan planos de luz y sombra acentuando sus rasgos arquitectónicos ya mencionados.
En el caso del techo, son de color negro y culminan en un campanario de 69 metros en forma de aguja.
Los vitrales fueron colocados en 1947, quedando la obra concluida por fuera, con el interior aún en bruto y piso de cemento alisado. Aún así los vecinos, entre ellos Luis Fernández y Pablo Depellegrin, proveyeron algunos bancos. En el campanario, sin campanas, se instaló un carrillón con amplificadores, que por largos años, acompañó con su excelente sonido de campanas al pueblo de Bariloche.