Ruinas de San Ignacio Miní.

Las Reducciones Jesuíticas de San Ignacio constituyen un insoslayable vestigio de la epopeya de los padres jesuitas, la cual tuviera su fin abrupto por orden de Carlos III, tras 200 años de evangelización y educación en esta tierra misionera. Tierra de historia, leyendas, magia y misterios.

Una misión jesuítica fundada por el padre jesuita, hoy san Roque González de Santa Cruz a comienzos del siglo XVII para evangelizar a los nativos guaraníes, se encuentran en la actual localidad de San Ignacio, en la provincia argentina de Misiones, distantes unos 60 km de la capital provincial, Posadas. Aunque el asiento inicial de San Ignacio Miní (San Ignacio Miní I) se ubica en el extremo norte del actual estado brasileño de Paraná cuando entre los siglos XVI y XVIII el territorio de tal estado formaba la región hispanojesuítica de La Guayrá.

San Ignacio Miní se establecería en el sitio donde hoy perduran sus ruinas en el año 1696. Posteriormente, todas las reducciones, incluso ésta, serían destruidas por los paraguayos en 1817, y restauradas en forma total en la década de 1940, situación que permite apreciarlas actualmente.

Hoy día, las Ruinas de San Ignacio Miní son poseedoras de un importante valor en la provincia de Misiones, considerándoselas parte significante de la historia y conservándoselas como un destacable atractivo turístico.

Fueron declaradas Monumento Histórico Provincial en 1969; Monumento Histórico Nacional en 1983, y Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1984.

En el acceso a la Ruinas, se encuentra el centro de Interpretación que cuenta con 9 salas, en las que pueden apreciarse desde la llegada de los primeros españoles, el hábitat del aborigen, la selva, su cosmovisión, símbolos de la evangelización, la conquista, la sala española, los jesuítas, y finalmente la sala de la maqueta de las reducciones.

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